palabras pronunciadas

El dicho viene de atrás, si se lee entre líneas y se aplica a la realidad de la cotidianidad nos encontramos con que realmente ¡Sí, las palabras se las lleva el viento!
De eso no hay la menos duda.

Pero, qué decir de las letras que han salido de nuestro corazón y han sido pronunciadas por nuestra boca. 

En un preciso momento la palabra fue dicha y resonaba en algún lugar, siendo oída y escuchada por unos oídos de otro ser que, en uno de los casos las siente en otra vibración bien diferente a cómo han sido dichas.

Los sentidos son capaces de sentir la verdadera intención de aquello que reciben, por eso incluso, pueden captar todo lo opuesto a lo que al modo en que hubiesen sido pronunciadas tal vez, en la inconsciencia de quien no sabe sentir antes y habla con recelo sin escuchar lo que su alma siente.

Sí, las palabras se las lleva el viento y perduran los hechos. 

¿Que sucede con el tránsito que llevan las letras desde que son pensadas, pronunciadas, escuchadas y sentidas hasta que son realmente un mero soplido en la lejanía del aire?

¿Cómo volver atrás para rehacer tal vez un daño causado con las palabras, que siendo ya un recuerdo en el tiempo, perduran resonando en el alma?

¿Cómo seguir en la escucha si la esencia verdadera no deja de gritar?

Las palabras se las lleva el viento y yo, te las he escrito para que puedas leerlas y saber, cómo las siento. Bendiciones.

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