El Dolor

Seguro que alguna vez te preguntas el motivo de para qué has elegido ciertas vivencias. Has de tener claro que el origen de ellas siempre eres tú, pues desde ti salen los pedidos al universo que se convierten en tu realidad.

Ante situaciones dolorosas, cuando aún no se tiene del todo claro el cómo funciona el universo con lo que sale de nuestra mente, uno se encuentra con preguntas complejas, a las cuáles no sabe cómo responderse.

Quizás y una buena base ante el dolor es preguntarnos si ¿Escapamos de él, o nos ponemos en frente para observar qué nos sucede, cómo nos sentimos y cómo sentimos lo qué nos sucede? 

También podemos probar a preguntarnos si somos capaces de ponernos ante él para aceptarlo y si, con el propio proceso que nos ofrece la elección del dolor, logramos pues aprender y reconocer para qué lo hemos pedido, qué es lo qué nos quiere decir.

El proceso que conlleva el dolor es acompañado del duelo que, para el bien mayor de la propia sanación ha de pasarse plenamente y permitiendose a uno mismo el tiempo necesario para cada  uno de los momentos.

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©AsunAdá


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