Creemos en la existencia real del tiempo, aunque es algo que no existe como tal. Lo llegamos a considerar el causante de muchas culpas que sencillamente, sólo son hechos resultado de determinadas decisiones tomadas.
Es cierto que también lo tenemos presente en todo instante para poder localizar algo concreto y a la vez encasillarlo, al igual que los sucesos que le precedieron y continuaron luego de esa aparición. Juzgamos lo sucedido y también lo hacemos a nuestra esencia tratando de engañarla.
Le damos demasiada importancia al concepto de tiempo, delimitando con ello maneras y opciones que podríamos elegir y, lo que hacemos es ocupar el espacio de nuestro camino recordando o proyectando en una realidad que no es la presente, alejándonos del ahora, de la consciencia y del recuerdo del despertar.
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©AsunAdá
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