La vida son ciclos en los que estamos, vamos y venimos. Un círculo en su perfección como el de la propia forma.
Seguramente que te has planteado alguna vez un cambio que realmente lo cambie todo, seguro que sí, que en más de una ocasión lo has hecho. Y seguro también que sí lo has realizado verdad. O, fue de los que se quedó como pensamiento y planteamientos varios. Bueno, supongo que alguno sí has llegado a hacerlo, desconozco en que proporción pero, ojalá y sea alta. Cuánto más hacemos por dedicarnos a nosotros, realmente más hacemos también por todos.
Cuando hacemos algo para nosotros y en bien común, estamos entregando amor, esa base que somos y la que se construye nuestra Esencia. Amor entendido como la máxima expresión de compartir siendo el acto más bello y humilde que jamás he conocido. Tengo la gran Dicha de ser de los Seres capaces de expresarlo y compartirlo, al igual que vengo haciendo desde mi propia verdad. Si bien la conexión desde mi hacia fuera es extensa y desde Siempre a la hora de expresar visualmente las canalizaciones, para conmigo he estado un tiempo dejándome de lado, con lo que he tenido que replantear situaciones de lo más diarias como puedan ser laborales, sociales, románticas y demás, todas creando un conjunto que me ha permitido crecer y volver a replantear ese Amor hacia el Todo en el círculo de la vida nuevamente.
Y con todo lo aprendido hasta ahora, vuelvo al cruce del desenlace, dónde se mezcla esa parte de Esecia y Humano a las que le toca decidir. Y si, de nuevo prima el Amor, ese que pone cara a todo con valor, honestidad, fe, creatividad, esencia, confianza, compasión. Ese que es la unión de la propia esencia encarnada y puesta al Servicio para hacer cumplir Su Voluntad, el propósito que una vez decidí para venir a desarrollarlo, para seguir creciendo.
Qué Dicha tan grande de Ser y Hacer, siempre en paz y agradecida. Qué mis pasos Siempre me lleven a TI. En Amor, Namaste.
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©AsunAdá
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