A veces nos bloqueamos, en ocasiones nos fustigamos, otras veces el juzgarnos gana en intensidad, y tras tanto maltrato a nosotros mismos nos preguntamos por qué, que cuál es el motivo o la causa posible por la que estamos en el punto donde nos encontramos o por qué nos sentimos tan altamente sensibles.
Parece que somos valientes incluso a la hora de hacernos preguntas, aunque el encontrar respuestas se nos de menos bien por no querer mirar dónde corresponde. Y es que en realidad nada se escapa a nuestras lecciones por aprender, el conjunto del aprendizaje que hemos venido a experimentar cobra vida cuando así lo decidimos.
Sí la vida es nuestra creación más real, la hayamos pedido de un modo u otro, es siempre el conjunto de detalles y absolutos. Desde el silencio al bullicio y desde la tempestad a la calma.
El propio silencio es tan real como el mismo acallamiento de la mente que se logra más fácilmente que afrontar o reConocer el propósito de vida.
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©AsunAdá
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