Es tan grande y potente escuchar y decir Te Amo, que en ambas situaciones la vibración resuena aún con más fuerza y brillo en nuestra alma. Palabras tan magicas como tan excasas de escucharlas o también pronunciarlas.
Te das cuenta de que el significado en "amo unos pantalones" o "quiero unos pantalones" no es lo mismo, es como que resulta absurda, en un castellano básico, la expresión primera.
Entonces, por qué ha de ser usada cuando nos referimos a ese ser con el que compartimos la vida, o cuando expresamos un sentimiento lleno de ese todo. Será que realmente, amamos con la libertad que eso significa de: te acepto tal como eres, libre de estar, de ser conmigo o seguir tu verdadero camino si no es pararte aquí, etc. O es que te quiero, resulta el acto de intercambio, un te quiero a cambio de ese algo. Sin ser conscientes a veces y no pensemos en ello como un hecho así, por estar socialmente estipulado en el aprendizaje común que llevamos.
A veces este sentimiento se confunde y está oculto tras un no hacer frente a la realidad, mientras vivimos de modo conformista ante una sociedad que también lo pretende, y permitiéndonos no escuchar a la voz interior que dice cuál es el camino más honesto para nosotros.
El libre albedrío nos da la oportunidad de decidir siempre y en todo aquello que se nos va presentando, conlleva que cada decisión provoca cambios que no siempre estamos dispuestos a aceptar y por ello es que miramos a otro lado, o dejamos de escucharnos logrando incluso alcanzar enfermedades extremas o estados fuera de la propia consciencia.
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©AsunAdá
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