Si, lo tengo claro. A cada instante en que sigo en este proceso y camino de vivir, lo reconozco, lo sé con claridad, encuentro el camino tras la decisión de cada paso.
Y es que sin buscarte he logrado sentir la plenitud. El instante perfecto en el que todo es reconocido y sentido en la vibración que expresa el alma. Es como el mayor de los estados de éxtasis posible o como si se tratase de la sensacion que provoca el orgasmo en su faceta liberadora de la represión del cuerpo del estado de sociabilidad en el que está metido sin llegar a un objetivo claro. Es lograr ser aquello que somos sin ser lo que otros quieren seamos.
El momento clave, la cima, el éxtasis de reconexión, es cuando te reconoces como el Divino Ser que habita el cuerpo que te representa físicamente y al que olvidas constantemente entregándolo a una compleja vida de excesos o escasez, en cualquiera de sus maneras. Tu cuerpo es tu templo aquí. Ni es tu cárcel ni tu muralla, es tu visibilidad física ante seres que no se reconocen aún.
Otorgarte la libertad y la entrega de brillar en tu propósito de vida, - esa que tantas veces te reprimiste y escondiste a lo excitante, a lo extremo, lo complejo o a lo intenso del momento- es el camino por el cual transitas permitiendote la oportunidad de experimentar la vida desde la felicidad que alimenta, el Amor.
Siempre enAmor Agradecida ©AsunAdá
✨✨✨✨
Y es que sin buscarte he logrado sentir la plenitud. El instante perfecto en el que todo es reconocido y sentido en la vibración que expresa el alma. Es como el mayor de los estados de éxtasis posible o como si se tratase de la sensacion que provoca el orgasmo en su faceta liberadora de la represión del cuerpo del estado de sociabilidad en el que está metido sin llegar a un objetivo claro. Es lograr ser aquello que somos sin ser lo que otros quieren seamos.
El momento clave, la cima, el éxtasis de reconexión, es cuando te reconoces como el Divino Ser que habita el cuerpo que te representa físicamente y al que olvidas constantemente entregándolo a una compleja vida de excesos o escasez, en cualquiera de sus maneras. Tu cuerpo es tu templo aquí. Ni es tu cárcel ni tu muralla, es tu visibilidad física ante seres que no se reconocen aún.
Otorgarte la libertad y la entrega de brillar en tu propósito de vida, - esa que tantas veces te reprimiste y escondiste a lo excitante, a lo extremo, lo complejo o a lo intenso del momento- es el camino por el cual transitas permitiendote la oportunidad de experimentar la vida desde la felicidad que alimenta, el Amor.
Siempre enAmor Agradecida ©AsunAdá
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