Llega un momento en la vida en que cambias de rumbo.
De pronto te das cuenta de que eres lo más importante para ti y desde esa visión hacia la vida, puedes ser más comprensible hacia los demás y para lo que sucede en el mundo.
Para ti la intuición es algo básico, un don que desde siempre tienes y, aunque alguna vez has pasado de hacerle caso, sabes que tenía razón, ya te lo había chivado aunque decidiste obviar su consejo. Seguro que esto te ha pasado, me atrevo a decir, más de una vez. Y te decidiste a tomar otro camino sólo por darte el capricho de llevarle la contraria a tu intuición, otras veces ni querías sentirla aún siendo por un sólo segundo, de antemano ya la reprimiste negándola y con ella solamente te hacías daño a ti mismo. Te dejabas en un segundo término para acallarte, para recriminarte y como tal para juzgarte duramente y entregar el poder de tu vida, de tus decisiones a manos de otros. Y así has pasado mucho tiempo.
Cuando te haces consciente de tu verdad, reconoces que algo ha estado pasando en tu vida que apenas conoces, te das cuenta de que eres extraño en tu vida y eso es un gran punto de partida. Así como de llegada. Se convierte en tu próximo lugar desde donde observar y ver cómo es todo, cuando le haces caso a tu intuición. Te conviertes en tu propio experimento siendo fiel sentimientos y sensaciones de las que eres consciente están en ti desde siempre.
Cuando puedes sentir la Luz como parte tuya que es, y de la cuál formas parte a la vez, la vida alcanza otra dimensión. Desde ella miras como un observador que aprende, sana y sigue libremente con su único propósito e intención de ir solamente en su verdad, sin importar quién mire, qué digan o hagan, sólo experimenta es su propia esencia divina.
Siempre enAmor Agradecida ©AsunAdá
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