Incluso sucede que tenemos segundas oportunidades, no tiene que coincidir justo con dos, en sí tenemos las necesarias para cada experiencia. Lo que nos sucede es que dudamos, no creemos puedan ser posibles aún estando sucediendo ante nuestros ojos, nos cerramos a las oportunidades por no creer lo suficiente en nosotros como la parte que somos de Dios.
Creemos que no somos necesarios en este plan del universo. Vemos y damos oportunidades a otros, nos decimos o repetimos que a ellos si les hacen falta, los vemos merecedores del todo y, sin embargo para nosotros nos dejamos esa parte olvidada, la obviamos y alejamos la práctica de humildad, compasión o simple reconocimiento y afecto hacia nosotros mismos, sin ser conscientes de que cada uno de nosotros somos los únicos capaces de crear nuestra experiencia, el entorno, el todo. Cada camino tiene decisiones, opciones y oportunidades, si así lo queremos.
Dios, la Fuente, el Creador nos ofrece senderos, con el libro albedrío decidimos por dónde queremos ir, qué queremos aprender en ellos, y todo lo que en esta vida puedas imaginar y crear.
Siempre enAmor Agradecida ©AsunAdá
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